El aparato más simple está hecho de caucho o de plástico. A diferencia de los diafragmas anticonceptivos cuya finalidad es el control de natalidad, los pesarios vaginales no están diseñados para cubrir la abertura vaginal. Su única finalidad estriba en sostener el útero y las paredes vaginales en su posición normal.
Como los pesarios son de diferentes formas y tamaños la elección del más adecuado depende de la extensión de la relajación vaginal y el grado de prolapso uterino.
Los pesarios vaginales no son la panacea, pues comparten muchas desventajas.
Para la mujer que obtiene alivio en sus síntomas, el pesario vaginal, realmente, una bendición. Sin embargo, cualquier objeto dejado en la vagina tiende a crear un flujo irritante y maloliente. Las duchas vaginales regulares y el uso de cremas vaginales son necesarios para disminuir el flujo y la formación de olor. A demás, el pesario debe
quitarse limpiarse y volverse a poner periódicamente por el médico, por lo menos cada seis o siete semanas.
Incluso cuando se encuentra adecuadamente ajustado el pesario vaginal puede gastar los tejidos vaginales, con el consistente malestar y la pérdida de sangre. Esto es muy frecuente en las mujeres mayores, cuya delgada mucosa vaginal es muy susceptible a cualquier irritación. Por otra parte un pesario que no se ajusta suficientemente puede expulsarse con facilidad durante la defecación o al ejercer presión hacia abajo.
Pero la mayor desventaja del pesario en las mujeres sexualmente activas es su interferencia con la relación sexual normal. Aunque el grado de interferencia durante el coito varía según el tipo de pesario usado, tal objeto tiende a limitar la profundidad de penetración del pene.
Los pesaros vaginales rara vez constituye la mejor solución incluso en las mujeres mayores. Por suerte con la anestesia, mujeres que antes debían resignarse al pesario ahora pueden recurrir a la cirugía solucionando su problema de prolapso.
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